Ellas, agradecidas del sol, levantaban las pancartas y sus fotografías, probablamente las últimas que lograron fijar en el tiempo la imagen de sus amados.Cubren con claveles el pecho de la figura de metal enaltecida por las gracias. Al otro punto, las gallinas del cerco hospitalario aún chillan y destruyen, blasfeman e insultan sin concebir el silencio de un conjunto de mujeres enclaveladas y alzando la interrogante del "¿dónde están?".Ellas, las iracundas gallinas fachas teniendo presente el cuerpo de su amado olvidan la interrogante y se abrigan con sus sombrillas a través del argumento ecónomico: luz guajardo patea una inmobiliaria mientras las enclaveladas posan frente a las lágrimas en conmoción por la muerte, por su llegada,por que le ganó a la justicia.
Los obreros arribando la alegría de ver el espectaculo se burlan, como tantas veces el viejo se burlo en las caras de las enclaveladas. Y mientras ella golpea en honor a su dios ayudada por dos hombres que sólo potenciaban la ira, las agradecidas del sol disfrutan el día para rendir flores a sus ruegos, a la efigie de Allende y gritar bajo el consuelo del sol: ese solcito candente que golpeaba hoy día en el feretro del viejo, puesto y disfrazado con el traje prusiano, arrimado el frio mortuorio que sólo se acabaría alrededor de las nueve, cuando el fuego te convirtió en la nada y el olor a azufre persistió en el olfato. Hay olor a perro quemado.
miércoles, 13 de diciembre de 2006
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2 comentarios:
exelente ñañita.... me gusta como escribes :) nos vemos mañana
excelente la vieja que rompia el vidrio como loca jajjaja
y las viejas con las pancartas que se la smetan por el ...ojo.
te kiero dani de mis poesias!
Kt
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