"No tengo hoy ni ayer, pero si tendré un mañana" Apología del Placer Culpable.

Me decidí a escribir porque ya en la era de la tecnología y el desarraigo, hay que aprovechar el tiempo para lograr pequeñas revoluciones. Me negué muchas veces porque creí que hacer esto implicaba una cierta cuota de ego: algo que detesto pero que perdono cuando lo veo en mis amigos, a quienes la imagen les resulta una ventana absuelta de compases trágicos para caer en el simple palabrerío del "que sales bien ahi". Pocos de mis amigos poseen blog, y quienes lo tienen escriben cuentos o hacen crónicas entretenidas: yo no sé que haré.

El título que está ,pertenece a una canción de Camilo Sesto: yo a él lo perdono por las cursilerías que escribe como también por ser un franquista. Lo perdono por las palabras, por su interpretación que se desenvuelve en su voz, lo perdono por las cirugías que se ha hecho y que ha destruído lo que queda de su rostro: algo como un muñeco de plástico. Lo perdono por gritar canciones que a más de uno lo ha divertido por más de un rato y además las canta en voz baja por vergüenza de parafrasear algo que está prohibido.
A Camilo Sesto lo perdono por ser mi placer culpable: culpable porque el gustarme significa que fácilmente me podría gustar la patty maldonado y el miedo que me da, conjunto a la culpabilidad del "podría" es algo que no tolero.Aparte que ambos amaban a los regimenes dictatoriales que los albergaban mientros ellos como pequeños bufones cantaban al son de la milicia. La gran diferencia es que las canciones de Camilo Sesto revelan melancolía como también la dulzura de las palabras. Lo mismo me sucede con Borges: un viejo desdeñado por los años y que apoyando el peronismo no advirtió que apoyaba algo que contrariamente , como se menciona en sus cuentos, destruye la habilidad del lenguaje conjunto a su realidad. Borges constituye la afamada realidad vislumbrada por un pequeño dios: lástima que ese dios se equivoco al elegir una postura simplista en cuanto a su contexto
Fuera de lo simplicista que resultó ser Borges con su realidad o Camilo Sesto con su contexto, ambos resultan ser el Placer Culpable: algo que se desea ser leído o escuchado pero que detiene el completo amor por ese objeto seductor a partir de un acto que hayan hecho o la carga emotiva que representa para otros. Y esta vez los defiendo: los perdono por ser individuos llenos de palabras que embriagan al ser más que perseguirlos por ser unos fascistas ignorantes de su contexto. Prefiero verlos como a los muertos: valorar lo que hicieron a través de su obra y no olvidarlos por lo politicamente equivocados que se encontraban con su contexto.
(continuará)